*SEÑALAN QUE EL USO DE ESTUPEFACIENTES SE HA INCREMENTADO EN LA JUVENTUD, POR LO QUE URGE QUE AUTORIDADES DE SALUD IMPLEMENTEN PROGRAMAS DE PREVENCIÓN.
Tapachula, Chiapas; 07 de Julio del 2023.- El consumo de la droga denominada Cristal, entre los jóvenes de Tapachula, es totalmente alarmante, tanto así que se considera que al menos un 70 por ciento de esa población se está volcado a ese vicio.
En entrevista con rotativo EL ORBE, así lo manifestó Jorge Salas Basilio, del Centro de Rehabilitación con Anexos para Drogadictos y Alcohólicos “El miedo a la libertad”, quien aseguró que, en una familia de cinco hijos, unos tres están metidos en ese vicio.
Como servidor en ese centro de rehabilitación, dijo, ha visto que los jóvenes consumidores de Cristal, tienen edad de entre 13 a 25 y hasta los 28 años, pero que principalmente la consumen y son afectados quienes están entre los 18 a 21.
Con relación a los factores para que los jóvenes caigan en esta adicción, comentó que hay varios, pero los principales son la desintegración familiar, una carrera truncada por carencias económicas, y la falta de afecto y orientación por parte de sus padres.
Otro problema que influye mucho es cuando el o los padres de familia son adictos al alcohol, porque entonces, no hay responsabilidad de saber orientar a sus hijos y mucho menos que puedan darles las herramientas que requieren para una buena forma de vida, sostuvo.
En esos casos, detalló, el joven busca la calle como un medio para calmar su preocupación y desesperación, pero no advierte que también ahí va a encontrar el camino hacia el vicio, cuando se encuentra con otros jóvenes y juntos empiezan a vivir esas experiencias.
Como dato histórico, mencionó que hace unos 15 a 20 años, el vicio era el alcohol, pero que poco después empezó la marihuana, luego la cocaína, después la piedra, y ahora el Cristal.
Con relación al anexo donde presta sus servicios, puntualizó que normalmente tienen albergados de entre 25 a 30 jóvenes, quienes, para lograr la total desintoxicación, deben estar ahí unos 120 días. Sin embargo, a veces por cuestiones de sentirse un tanto culpables, los propios padres de familia van y piden su alta voluntaria. EL ORBE / Nelson Bautista