*Suchiate
*Los dos Sicarios Huyeron Rumbo a Guatemala y Abandonaron una Motocicleta a la Orilla del río
Suchiate, Chiapas, 10 de marzo.- Un par de sicarios, después de ejecutar a un salvadoreño presunto miembro de la Mara Salvatrucha, abandonaron la motocicleta en la que se dieron a la fuga, a la orilla del río Suchiate y cruzaron a Guatemala, los asesinos eran perseguidos por elementos de las diferentes corporaciones.
Policías Estatales, Municipales y Especializada de la Procuraduría General de Justicia, realizaban el operativo con una célula del GAP (Grupo Anti Pandillas) para garantizar la seguridad a la población, ante la presencia de integrantes de las bandas antagónicas y les informaron, cuando eran cerca de las 21:35 horas, que en el fraccionamiento “Vida Mejor”, dos sicarios habían ejecutado a una persona.
Los uniformados acudieron al lugar y localizaron un triciclo de color naranja con N. Económico 30, encontraron 6 casquillos percutidos y una ojiva, a un costado, el cuerpo. Enseguida se inició una persecución contra los sicarios, que se dieron a la fuga a bordo de una motocicleta, en la calle los almendros, de la colonia “Manuel Velasco Cuello”, abandonaron la unidad marca “DTSI” de color blanco con negro, número de serie MD2F36FZXFCD00346, los dos asesinos a sueldo ingresaron a los plantíos de banano, llegaron al río Suchiate y cruzaron a Guatemala Centroamérica.
Al lugar de los hechos acudió Aura Gabriela de 24 años de edad, originaria de El Salvador, ella dijo ser la cuñada de la víctima que respondía al nombre de Miguel Mata Pérez 36 años de edad, de ocupación triciclero, originario de San Salvador y con domicilio en el fraccionamiento Vida Mejor.
Personal de criminalística de la Procuraduría General de Justicia de Atención a los Migrantes, señaló que la víctima presentaba 6 heridas provocadas por proyectiles disparados por arma de fuego de 9 milímetros. Una vez que se dieron por terminadas las primeras diligencias, el cadáver fue enviado al Servicio Médico Forense de Tapachula para la necropsia de ley. EL ORBE / Álvaro Islas Hernández