*EL CONTINGENTE DE EXTRANJEROS, SALIÓ DE TAPACHULA, CRUZARON HUIXTLA Y SE INTERNARON EN ESCUINTLA. *FUERZAS FEDERALES MANTIENEN OPERATIVOS EN LA COSTA PARA FRENARLOS.-
Tapachula, Chiapas; 02 de Septiembre del 2021.- La tercera caravana de migrantes que partió de Tapachula en la víspera y arribó al municipio de Huixtla el miércoles por la tarde, salió alrededor de las tres de la mañana, para continuar su camino por la Costa de Chiapas en busca de avanzar a los Estados Unidos, sin pensar el cruel destino que les esperaba.
Desde su partida, ya estaban enterados de que cientos de elementos de la Guardia Nacional y del Instituto Nacional de Migración (INM) habían sido desplazados hacia el municipio de Escuintla, en donde realizarían un operativo para detenerlos y regresarlos apresados hacia Tapachula.
Supieron también que, en la semana, los uniformados habían protagonizado varios enfrentamientos con sus equipos antimotines y el uso excesivo de la fuerza en contra de las mujeres, ancianos y niños que conformaban las otras dos caravanas que les antecedieron. Aún así, decidieron exponerse.
A las 05:00 de la mañana, la columna humana pasó por las instalaciones del Centro Multimodal de Verificación Aduanal y Migratorio “Cerro Gordo”, para internarse sobre el tramo carretero Huixtla-Villa Comaltitlán, con su intención de seguir su paso con rumbo a los Estados Unidos.
Los extranjeros salieron el miércoles por la mañana de Tapachula y habían caminado en su primera jornada unos 40 kilómetros para llegar hasta Huixtla donde descansaron.
Por la madrugada de este jueves, emprendieron de nuevo su camino durante unas ocho horas, en el que recorrieron a pie alrededor de 30 kilómetros, hasta muy cerca de Escuintla, bajo temperaturas superiores a los 38 grados.
Viajaban visiblemente agotados, y muchos ya presentaban lesiones en la planta de los pies y dedos. A pesar de ello, estaban decididos a no detener su avance por la vía federal.
Mientras todo eso ocurría, los uniformados del Gobierno Federal se ubicaron en la carretera, a unos tres kilómetros de la cabecera municipal, en donde llevaban la orden de frenar, de cualquier manera, a ese contingente.
Como era de esperarse, se dio el enésimo enfrentamiento en el que decenas de migrantes fueron detenidos y transportados en contra de su voluntad en vehículos oficiales.
En el zafarrancho, muchos optaron por huir entre matorrales y potreros, dispersados para todas partes, aunque poco más tarde se volvieron a juntar en esa ciudad.
De inmediato buscaron hospedarse en hoteles, sabedores de que, si se quedaban en la plaza central a descansar, como lo hicieron los que les antecedieron, correrían el riesgo de ser detenidos mientras durmieran.
Pero los uniformados fueron más allá esta vez. Decidieron entrar a las propiedades privadas, como los hoteles y se cree que lo hicieron sin alguna orden de un Juez.
No se sabe que ocurría en esas instalaciones y solo se escuchaban gritos desgarradores. Del primer establecimiento solo sacaron a dos migrantes y los llevaron detenidos, aunque después catearon más hospedajes y propiedades.
Al cierre de la edición, esa ciudad estaba sitiada en espera de que los migrantes asomaran la cabeza para detenerlos, aunque se cree que muchos decidieron seguir en caminos de extravío.
Incluso, instalaron retenes vehiculares en la carretera para buscar entre los carros particulares y en unidades publicas a los extranjeros sin papeles. Hasta abrieron las cajuelas.
En los últimos días han salido miles de personas que buscaron dejar a Tapachula y avanzar hacia la Ciudad de México o a los Estados Unidos, pero los detuvieron.
En la noche de este jueves, los representantes de los extranjeros varados en Tapachula sostuvieron una reunión para acordar las acciones a seguir.
A su salida, algunos comentaron que sigue la propuesta de salir en caravanas e iniciar la huelga de hambre que tienen prevista desde la semana pasada.
Cabe mencionar que, en las trifulcas de este jueves, agentes federales que participaron en el operativo y civiles con corte de cabello militar, arremetieron a golpes en contra de un grupo de reporteros que cubrían en esos momentos todo lo que estaba ocurriendo.
Las primeras versiones señalan que les advirtieron que dejaran de tomar fotos y videos, sobre todo en donde se aprecia la forma salvaje e inhumana en la que han sido tratadas mujeres embarazadas y niños.
Al menos tres de los comunicadores agredidos -dos hombres y una mujer- informaron en la noche de este jueves que presentarían sus demandas ante las autoridades judiciales y de derechos humanos.
Se desconoce si los empleados federales actuaron contra los periodistas por su propia decisión, o la orden vino de “alguien”. EL ORBE / M. Blanco