Tapachula, Chiapas; 07 de Octubre.- Al cumplir medio siglo de haber sido construido y de al menos seis reinauguraciones por los gobernantes en turno, el Edificio Consular de Tapachula se está cayendo en pedazos, sin mantenimiento y olvidado por las autoridades.
La obra inicial fue impulsada por el entonces gobernador de Chiapas, José Castillo Tielmans (1964-1970). Tenía la particularidad de ser el primer edificio público enteramente moderno del municipio.
Durante muchos años albergó oficinas de los tres niveles de Gobierno, y ante los embates de la naturaleza, como los sismos y huracanes, los mandatarios aprovecharon para darle algunas reparaciones y reinaugurarlo como si fueran completamente nuevos.
La última pintadita que se le dio para reinaugurarlo otra vez, fue en Octubre del 2010, hace once años, y se habilitó como Edificio Consular, aunque nunca pudo quitarse el mote popular de “El Palacio de los Zopilotes”.
El inmueble albergó desde entonces los Consulados de Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Honduras y Ecuador, así como la oficina del ACNUR en México, la delegación estatal de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), una Oficialía del Registro Civil, diversas oficinas estatales y municipales, entre otras.
Sin embargo, tres años después, el 03 de Agosto del 2013, un grupo de diplomáticos centroamericanos protestó porque alegaban que no había mantenimiento en ese edificio. En esas fechas hubo torrenciales lluvias que provocó el colapso de las tuberías internas del edificio y que el agua afectara el falso plafón del techo e inundara varias oficinas.
Está ubicado en la Central Poniente y 14 Avenida Norte. Por seguridad de los migrantes, los trabajadores y de los miles de personas que acudían a ese lugar a realizar sus trámites administrativos, las oficinas y Consulados decidieron cerrar y mejor reubicarse en otras partes de la Ciudad.
Así, el Edificio Consular ahora es un nido de ratas, donde se puede apreciar el desinterés por atender esa problemática.
En realidad, sólo un pequeño espacio en la parte baja funciona. El resto del edificio ahora está vacío. Sus salas y pasillos guardan basura, pedazos de techo que han ido cayendo, cajas con papeles podridos y trozos de pared que poco a poco se han ido desplomando.
Los daños estructurales también son visibles. Sin ser especialistas en la materia, se puede observar que los temblores han ocasionado daños en columnas, escaleras, paredes y otras partes. Del elevador no se puede decir que sufrió daños, porque en realidad durante décadas no sirvió.
Nunca se hicieron las correcciones señaladas por organismos de derechos humanos, como el hecho de que no había rampas ni accesos para personas con capacidades diferentes, quienes por obvias razones no podían subir las escaleras. Tampoco los baños funcionaban.
Hoy, las redes eléctricas e hidráulicas tienen severos problemas y por ello están inservibles, incluso se cree que varias partes fueron arrancadas por los amantes de lo ajeno.
Los daños en su interior y la falta de mantenimiento hacen pensar que, en cualquier momento, ese edifico podría finalmente colapsar, aunque afortunadamente ya no hay nadie ahí, tan solo un policía en la puerta de entrada.
El Palacio Consular o “de los zopilotes”, construido de seis niveles por colegiados locales como la primer Unidad Administrativa de Tapachula, fue un ícono de la región. Hoy, cinco décadas después, sufre del olvido.
Tres Dictámenes de Riesgo.
Julissa Briones Magaña, delegada de Protección Civil en el Soconusco, indicó que van a elaborar otro dictamen en atención a la solicitud que ha realizado la ciudadanía para darle trámite a la Secretaría de Obras Públicas que es la dependencia que debe darle mantenimiento.
Recordó que en los últimos años se han expedido al menos tres dictámenes, y se va a realizar uno más, con la finalidad de evitar una tragedia.
Recalcó que “dentro del programa interno que debe tener un establecimiento de ese tipo, uno de los requisitos es precisamente el dictamen de riesgos y estructural”.
Reconoció que ese edificio lleva años abandonado y requiere un mantenimiento urgente, por ello ya se trabaja en un nuevo dictamen.
A pesar de todo, también tiene algunas oficinas a un costado que prestan sus servicios, pero que podrían estar en riesgo en caso de sufrir algún tipo de desgajamiento. EL ORBE / Nelson Bautista / Ildefonso Ochoa Argüello