Tapachula, Chiapas; 16 de Junio.- La Secretaría de Marina-Armada de México, desplegó este domingo elementos militares en varios puntos de internación irregular en el municipio fronterizo de Suchiate y comenzó las tareas de contención de migrantes indocumentados, pactadas por el Gobierno de México con el de Estados Unidos.
Estas actividades, según se supo, se dan en apoyo a la Guardia Nacional que desde el sábado empezaron a llegar a diversas regiones de Chiapas y, se prevé que para este martes ya estén completamente desplegados en todas las regiones de la Entidad.
Los marinos comenzaron la encomienda en las primeras horas de este domingo. Un comando con elementos empezó el recorrido en la ribera del río Suchiate, que divide a México de Guatemala, mientras que grupos a pie se dispersaron por todo ese sector.
Los uniformados decían a los extranjeros que llegaban en balsas que eran policías navales y que estaban ahí en apoyo a la Guardia Nacional.
Además, que tenían que presentar algún documento que les permitiera ingresar de manera legal a México, ya que, de lo contrario, se regresarían de inmediato a territorio guatemalteco.
Al ver lo que estaba ocurriendo, alrededor de 500 balseros de ambas naciones que operan en ese sector, decidieron paralizar sus actividades casi por completo.
Por la tarde, varios balseros reiniciaron sus operaciones, pero sólo para pasar toneladas de mercancía ilegal, mientras que cancelaron el traslado se personas.
Las acciones comenzaron en los pasos informales conocidos como “Palenque” y “El Coyote”, donde se calcula que unos mil extranjeros ingresaban diariamente a México de manera ilegal, por lo menos hasta este domingo. Luego, la vigilancia se extendió a los otros tres puntos de internación cercanos a ese sector.
Así, productos como gasolina, mariscos, café, azúcar, condimentos, comestibles, abarrotes, calzados, bisutería, ropa nueva y usada, vegetales, frutas y cajas cerradas de las que se desconoce su contenido, pasaron sin que fueran detenidas.
Los puentes internacionales en la zona funcionaron con normalidad y el paso legal de turistas y visitantes con fines comerciales, se realizó sin contratiempos.
Pasadas unas horas de esas medidas, en la comunidad de Tecún Umán, en lado guatemalteco, se empezaron a concentrar los cientos de extranjeros que no pudieron cruzar y que, quizá, lo pretendan hacer en caravana en las próximas horas.
De acuerdo a las estadísticas oficiales, decenas de miles de extranjeros de alrededor de 50 nacionalidades han ingresado por esos puntos en lo que va del año, sin que se sepa quiénes son, qué enfermedades padecen, cuáles son sus intenciones y sus antecedentes penales.
Se esperaba que este proyecto federal del Sur-Sureste sería integral, es decir, que se aprovecharía para frenar también el gigantesco contrabando que existe a la vista de todos, luego de los daños fiscales que provoca al país y al comercio establecido, y para no permitir, ahora sí, que nadie esté por encima de la ley.
Mientras eso ocurre, este domingo miles de migrantes siguieron deambulando por las calles de Tapachula. Otros ya ocupan casas que encontraron abandonadas en colonias y fraccionamientos, y unos más están hacinados en varios hospedajes.
Hay de todo. Los rasgos físicos son similares a los de centroamericanos, pero también de africanos, cubanos y hasta de naciones en guerra del Medio Oriente.
De acuerdo a testigos, en el transcurso del día hubo recorridos en Tapachula y en municipios aledaños por parte de oficiales de la Guardia Nacional, muy probablemente para el reconocimiento de la zona.
Por ello se prevé que, en las próximas horas, no solamente se haga el despliegue total de los efectivos de la Guardia Nacional en las regiones Istmo, Costa, Sierra y Frontera Sur de Chiapas en contra de migrantes, sino también para el combate al crimen organizado.
El freno a los migrantes por temas como los altos niveles de inseguridad, el riesgo de la llegada de enfermedades erradicadas en el país y el desplazamiento en la mano de obra y de los beneficios de programas gubernamentales había sido la demanda más insistente y generalizada en los últimos meses, pero no fue escuchada la sociedad de la Frontera Sur.
No fue sino hasta ahora que se puso en marcha esa estrategia, cuando el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, exigió a México frenar los éxodos de migrantes, con la advertencia que, de no hacerlo, habría aumentos en los aranceles a los productos de exportación mexicanos que llegan diariamente a esa nación. EL ORBE / Ildefonso Ochoa Argüello