Puedes tenerlo todo, pero si no hay honestidad en lo que haces, ante Dios no vales nada (Reflexión del libro de Proverbios)
La Palabra en el Aire
Oscar D. Ballinas Lezama
“Por el bien de todos, primero los pobres; sobre aviso no hay engaño, quien la haga va a pagarla, sea quien sea”, ha dicho hasta el cansancio el presidente de la república electo, Andrés Manuel López Obrador.
El hombre que la mayoría del pueblo mexicano casi ve como un Mesías, no quita el dedo del renglón y asegura que en su administración no se permitirá la corrupción ni la impunidad; que habrá cambios profundos con apego a la ley así como a libertad empresarial, de expresión, de asociación y creencias.
“Hemos vivido un sistema corrupto por demasiados años, esperemos que este sea el final”, dice mucha gente que ha puesto todas sus esperanzas en quienes gobernarán el próximo sexenio en México.
Quienes le apuestan al cambio o la transformación del país, lo hacen pensando en las palabras del tabasqueño que jura y perjura no va a traicionar la confianza de los mexicanos que votaron por él, asegurándoles que gobernará con rectitud y justicia.
Quizás la espinita que tiene metida en su corazón gran parte del pueblo azteca es el hecho de que el nuevo gobierno parece haber decidido no investigar o tocar ni con el ‘pétalo de una rosa’ a quienes se presume que son responsables de la depredación del erario, de abusos del poder, desvío de recursos públicos y enriquecimiento ‘explicable’ con los dineros del pueblo.
Así lo aseguró en diversas ocasiones el ahora Presidente electo, manifestándoles a los integrantes del poder económico y político del país (a los que bautizó como la mafia del poder), que no les guardaría rencor, que no habría represalias, ni persecución, ni destierro para nadie, aclarando que lo que este país necesita es justicia, no venganza; que no odia a nadie y que sólo busca lograr el renacimiento moral de México.
Parafraseando el himno a Chiapas, declaró: ”que se olvide la odiosa venganza, que termine por siempre el rencor, que una sea nuestra hermosa esperanza y uno solo también nuestro amor”; entre líneas del ‘borrón y cuenta nueva’, advirtió a sus adversarios políticos que ningún grupo por importante y poderoso que sea, podrá seguir conspirando contra la paz social en beneficio propio.
Bajo el embeleso de las buenas nuevas anunciadas para el próximo sexenio que iniciará formalmente después del 8 de Diciembre de este año, la gente que vive en este país no haya las horas de ver en acción al hijo predilecto de Macuspana, quien también ha prometido que habrá nuevas reglas en las que no se permitirá el influyentismo ni la impunidad; que se terminarán los privilegios de unos cuantos sustentado en la miseria de millones de mexicanos.
No se puede soslayar que aún no termina la borrachera generada por el triunfo de un partido, cuyo líder moral está aferrado al cambio social de un país, cuyo sistema político está corrompido hasta la médula, al ser avasallado por la fuerza del crimen organizado y la mafia de politiqueros que siguen teniendo el ‘sartén por el mango’.
Todo mundo espera que la palabra sea cumplida y no vaya a ser ‘flor de un día’, sobre todo cuando se habla de unas próximas elecciones limpias en las que no exista la compra de votos, para lo que ya se ha comprometido a la misma Presidencia de la República a ser el principal guardián de las libertades del pueblo; hermosas palabras y pensamientos que a cualquiera le ‘enchinan la piel’.
La promesa de que se acabará con la corrupción, la impunidad, los lujos en el gobierno; que habrá austeridad moral y autoridad política que no permita aumentar los impuestos, sin endeudar más al país y sin imponer a la población alzas draconianas como en los llamados gasolinazos.
Quizás por eso, los empresarios propietarios de gasolineras aumentan a diario el precio de estos energéticos, al grado que en Chiapas el litro de magna ya casi está en los 19 Pesos y la Premium ha rebasado los 20 Pesos.
El compromiso hecho en campaña por López Obrador, sobre que todos los mexicanos tengan salarios dignos, trabajo y salario remunerado, es un sueño que parece pronto se convertirá en realidad para la gente que vive en el centro y norte del país, desde luego, porque parece que los de la frontera sur van a tener que seguir haciendo cola y esperando turno.
A menos que el Gobernador electo con el apoyo de los chiapanecos, en el caso de esta entidad fronteriza, levanten la voz para que el Presidente electo no vaya a olvidarse que también aquí hizo promesas de mejorar las condiciones de vida de los habitantes, tomando en cuenta que Chiapas es uno de los Estados más marginados por la Federación y que sus pobladores, al igual que los del centro y norte de esta nación, también sufren injusticias, desigualdad social, tienen necesidades y sueños.
No deben olvidar los que hoy han ascendido al poder en este país, que en Chiapas las voces salieron del monte hace algunos sexenios atrás para manifestarle al Gobierno Federal y al mundo entero que no son invisibles; que producen petróleo, energía eléctrica, ganado, café, cacao, una diversidad de frutas, maíz, ajonjolí y frijol, entre otros granos, sin olvidar que su suelo es explotado para la minería por extranjeros que se llevan sus riquezas y dejan los ríos y la tierra contaminada.
Mucha razón tiene el gobernador electo Rutilio Escandón Cadenas cuando afirma: ”basta de injusticias, vamos a cambiar el rostro de Chiapas; no habrá más un Estado rico y un pueblo pobre”, y reconoció que para lograrlo se va a necesitar un gran impulso de la Federación, confiando en que López Obrador ayudará a cumplir ese compromiso que ambos hicieron en campaña.