jueves, abril 25, 2024
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ALFIL NEGRO

“Y he aquí las lágrimas de los oprimidos, sin tener quién los consuele” (Eclesiastés: 4)

Voz del Pueblo, voz de Dios
Oscar D. Ballinas Lezama

México es un país que durante décadas ha sido depredado por políticos corruptos, hombres y mujeres de mala ley que han abusado del poder para enriquecerse en forma grosera, mientras la gran mayoría del pueblo vive en condiciones paupérrimas; los más afortunados sobreviven con un salario miserable y al amparo de servicios públicos deficientes.
Para nadie es secreto que el analfabetismo ha sido uno de los grandes males de la mayor parte del pueblo mexicano, principalmente en las entidades más marginadas por la Federación, entre las que sobresalen por su pobreza y alto grado de analfabetismo, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía e Informática(INEGI) son: Chiapas, Oaxaca y Guerrero.
Puebla, Chihuahua, Michoacán, Veracruz, Morelos y el Estado de México, en menor proporción también sufren y batallan contra la pobreza en que los han mantenido desde hace muchos años, los Gobiernos que durante muchos años sostuvieron una dictadura disfrazada de democracia.
Hoy, con una camada de políticos que juran y perjuran que son y serán diferentes en el arte de gobernar, los mexicanos tratan de respirar otros vientos de cambios en el tejido social y económico del país, sin embargo, mujeres y hombres pensantes no quitan el dedo del renglón en cuanto a que la educación y la cultura son pilares fundamentales para el progreso de cualquier pueblo, ya que propician las condiciones de desarrollo en todos los ámbitos.
Es por ello que los intelectuales protestaron cuando se anunció un recorte importante al presupuesto federal en educación pública, lo que más tarde buscaron corregir autoridades y legisladores, quienes no dejan de mencionar sus buenas intenciones para favorecer a la sociedad.
México ha sido un pueblo cuyos habitantes han vivido tantos años engañados con las promesas de los politiqueros que desfilaron en Los Pinos, ahora la gente exige ver para creer en la purificación anunciada; ‘la mula no era arisca, lo hicieron las falsas promesas de políticos mentirosos que desviaban a sus bolsillos el dinero etiquetado para la educación del pueblo.
Nadie duda que los pilares fundamentales para sacar avante a la sociedad mexicana como a cualquier otra del mundo, sean la educación y la cultura; aparejada a ellas está la salud, la creación de fuentes de trabajo, la seguridad y la diversidad de servicio público a lo que todo ciudadano tiene derecho en retribución al pago de sus impuestos, por lo que esperan la ayuda gubernamental dé prioridad a esos dos rubros.
El sentir de un buen número de ciudadanos chiapanecos, es que los nuevos gobernantes están mostrado muy buena voluntad y un espíritu humanitario en sus acciones, sin embargo, como el mismo Presidente lo afirma, será difícil gobernar sin el apoyo decidido del pueblo, con el que deben estar en la misma frecuencia, para abrir el abanico de atención a las opiniones de los ciudadanos, que quieren poner su ‘granito de arena’ en la creación de la ‘cuarta transformación’.
Los mexicanos bien nacidos en estas tierras todo paridoras, desean de corazón sincero que este país cambie para bien, todo es cuestión que los que ahora gobiernan sigan buscando y escuchando la vox del pueblo, que es la voz de Dios.
La ‘carreta’ deben empujarla juntos, pueblo y Gobierno unidos en un mismo sentir, trabajar para rehacer esta nación tan generosa que ha sido nuestra cuna, la de nuestros hijos y demás generaciones que vendrán, es la tierra que nos ha dado de comer, vestir y disfrutar de nuestras familias, no podemos abandonarla aunque los malos mexicanos la hayan dejado ardiendo, es la hora de que la gente con la bendición de Dios luche para levantarla de entre sus cenizas.
Necesitamos entender todos que para poder ayudar a los demás primero debemos ayudar a los nuestros, el buen juez por su casa empieza; luchemos para que no falte alimentos ni una fuente de trabajo en cada familia, que todos tengan acceso a la educación y la cultura, para tener las herramientas que les permitan rescatar los valores morales que se han extraviado en los laberintos de la corrupción, considerada el peor cáncer que está sufriendo esta bendita nación.
“Amarás a tú prójimo como a ti mismo”, reza uno de los diez mandamientos, sin embargo, ’si no nos amamos primero a nosotros mismos, ¿cómo podemos amar a los demás? Si aún sufrimos pobreza, inseguridad, falta de trabajo, educación, cultura, la falta de servicios públicos como la salud y la seguridad los que apenas se están restableciendo, ¿cómo podemos brindar ayuda a nuestros semejantes cuando estamos en las mismas condiciones que ellos?, y algunos compatriotas están en peores circunstancias.
La idea de una cuarta transformación es estupenda y todo buen mexicano la ve con buenos ojos, solo hay que irla adecuando a las verdaderas necesidades de la gente; las condiciones de vida no son las mismas en el norte que en el centro o el sur del país, eso lo saben quienes ahora gobiernan, de ahí la esperanza de la ciudadanía que ha puesto su fe una vez más en sus gobernantes esperando que no vayan a fallarles como sus antecesores, que no vieron ni escucharon la voluntad popular.

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