viernes, abril 19, 2024
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ALFIL NEGRO

 

“Y mostraré prodigios arriba en el cielo y señales abajo en la tierra; sangre, fuego y columna de humo. (Hechos 2:19)

Señales Apocalípticas
Oscar D. Ballinas Lezama

Eran las 10:13 de la mañana del viernes 1º de Febrero, en el año de la transformación y la esperanza del cambio para los mexicanos; la gente iba y venía realizando sus diversas actividades cuando fueron sorprendidos por un sismo de 6.6 grados Richter con epicentro en Ciudad Hidalgo, Suchiate, según el Servicio Sismológico Nacional.
Miles de personas que se encontraban en los edificios públicos o sus viviendas, los abandonaron para salir a las calles en busca de protección; en las escuelas los maestros intentaban calmar a niños y jóvenes que gritaban, lloraban y se desmayaban; el ulular de las alarmas sísmicas se esparcía en el aire, el miedo golpeaba con fuerza el corazón de quienes sintieron el temblor.
Las redes satelitales, como siempre sucede en estos casos, cayeron, nadie podía comunicarse con nadie a través de los celulares, el sismo se fue y dejó atrás un caos vial, así como a miles de personas con el alma en un hilo y no era para menos, la sicosis provocada por los terremotos del 2017 y 2018 hizo temblar a medio mundo.
Según los científicos de la Nasa, el alineamiento de la Tierra, el Sol y la Luna ejercen una poderosa fuerza de atracción en el mar y el desplazamiento de las placas tectónicas; como se recordará, los huracanes más terribles de los dos años anteriores nacieron en los Océanos Pacífico y el Atlántico, días después de los eclipses de superluna y de Sol.
El pasado 20 de Enero del 2019, la Luna volvió a teñirse de sangre y pasada la media noche se convirtió en ‘luna de lobos’, lo que en Tapachula fuera observado por poco más de dos mil personas que utilizaron los potentes telescopios del Planetario del Colegio de Bachilleres de Chiapas, fue un gran espectáculo científico en la historia del planeta.
Casi once días después, la atracción ejercida por la fuerza de gravedad al orbitar la Tierra y la Luna, alrededor del Sol, parece seguir provocando el desplazamiento de las placas tectónicas y según los científicos, quienes no pretenden alarmar sino alertar, no se puede descartar nada, incluso hasta la creación de un tsunami; ayer mismo en Guatemala, los medios de comunicación alertaban a poblaciones cercanas al volcán de fuego, sobre un posible terremoto en horas de la noche, afirmando que estaban teniendo varias réplicas del temblor que ocurrió en la mañana.
Casualmente -en estas mismas fechas- después del eclipse de la luna de sangre del pasado 20 de Enero, el clima en el planeta está cambiando terriblemente; Estados Unidos de Norteamérica sufre el peor enfriamiento de su historia al que han llamado en forma científica ‘el vórtice polar’; los gringos están teniendo heladas de hasta 50 grados bajo cero, peores que en el Polo Norte.
Hablan del ‘ciclón bomba’ que está azotando ese país, donde la gente se empieza a morir de frío; mientras en Tailandia, la contaminación del aire les ha obligado a cerrar escuelas y proteger a los niños para evitar que mueran fuera de sus hogares, ya nadie sale de su casa porque se acabaron las máscaras protectoras, la demanda es mucha.
En Venezuela, el Gobierno y el pueblo se están dando con todo; si el problema se les sale de las manos podría ser la mecha que encienda la tercera guerra mundial, porque está de por medio la ambición de robarles el petróleo a los venezolanos; es por lo que las grandes potencias mundiales están listas para iniciar una conflagración mundial en la que no quedará piedra sobre piedra.
No hay que olvidar que en otras partes de Estados Unidos y de Europa, hace poco también se propagaban terribles incendios de sus bosques y la gente sufría abrazadoras temperaturas y sequías; increíble pero cierto, la forma en que la naturaleza está realizando cambios en el planeta coinciden con los movimientos en el cielo, provocados por los eclipses de Luna y Sol.
Hasta los mismos científicos han aceptado que la naturaleza no funciona así, habríamos de preguntarnos si estos eventos tendrán algo que ver con el fin de todos los tiempos, como lo describen los estudiosos de la Biblia; ¿serán señales apocalípticas?
“Vi cuando el cordero abrió el sexto sello, y hubo un gran terremoto, y el sol se puso negro como cilicio hecho de cerda, y la luna toda se volvió como sangre”. (Apocalipsis 6:12)
En otras cosas, hoy a las 11 horas el escritor chiapaneco Enrique Orozco González, presentará su libro: “Caldo de Chumpi”, dentro de las actividades de la Fraternidad Literaria ‘Bajo el palo de mango’, en su cuarto aniversario. Felicidades amigos. El evento es gratuito y será en el Parque Bicentenario.

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