viernes, abril 26, 2024
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ALFIL NEGRO

Oscar D. Ballinas Lezama

La Marca del Diablo

En estos tiempos en que el hambre, las enfermedades, la violencia y la inseguridad son parte de la legión de demonios que gobiernan en la Tierra, las sociedades viven entre la zozobra y el miedo; en la zona del Soconusco, convertida ahora en el corredor de los migrantes, la gente no estaba acostumbrada a ver el mal de cara a cara, como hoy lo ve todos los días.
Nadie duda que el actual Gobierno Estatal esté haciendo titánicos esfuerzos por rescatar a la entidad; el gobernador Rutilio Escandón Cadenas va y viene caminando por todos los municipios en donde conmina a sus funcionarios y Alcaldes, que trabajen hombro con hombro con la población, hasta ahora solo ha habido una respuesta tibia, pareciera que siguen sin encontrarle la punta al hilo de la madeja.
Son muchos los vértices que conllevan a diferentes problemas, que desde luego no son nuevos pero fueron minimizados por Gobiernos anteriores, lo que no es excusa para no trabajar como Dios manda y buscar la solución adecuada a esa herida del pueblo, que lleva décadas supurando y doliendo sin que se encuentre para su mal un buen remedio.
Todos los municipios de la Costa, sin excepción alguna, están envueltos en problemas de inseguridad y una violencia, cuyo caldo de cultivo han sido la falta de fuentes de trabajo y el aumento de los centros de vicio, lugares que al parecer no son controlados debidamente por las autoridades responsables.
Parece ser que los que se dedican al negocio del giro rojo, poco o ningún caso están haciendo a la Jurisdicción Sanitaria, así como tampoco a los titulares responsables del control de expedición de permisos para la venta de bebidas alcohólicas, así como la vigilancia del cumplimiento de la ley de alcoholes, que nadie parece respetar y se ha convertido en una Carabina de Ambrosio.
Hasta ahora, las cantinas, las discotecas, burdeles, pocitos, restaurantes con venta de cerveza y licores, hacen caso omiso al Bando de Policía y Buen Gobierno, ya que en esos lugares venden sin control alguno ese tipo de bebidas que son prohibidas para los menores de edad, quienes terminan degradándose en esos lugares.
El reglamento de bebidas alcohólicas es de orden público, de interés social y de observancia obligatoria, en el que se establecen horarios de apertura y cierre de los lugares con venta de este nocivo producto, además de marcar específicamente que no debe ser vendido a menos de 18 años, sin embargo, cualquier fin de semana usted puede visitar el antro que desee y va a encontrarse con decenas de jovencitos, algunos todavía niños, ingiriendo cerveza y otras clases de bebidas embriagantes.
Otro dato que toca el reglamento municipal que tienen los Ayuntamientos, pero que no se hace cumplir, es la ubicación de este tipo de negocios con venta de bebidas embriagantes, que claramente prohíbe que operen o funcionen a menos de 200 metros de una escuela de cualquier nivel (desde Primaria hasta universidad), terminales de servicio público del transporte, iglesias, templos, hospicios, parques de recreación y mercados, entre otros lugares que deben respetarse.
Usted, amable lector, sabe que esta es una ley muerta, porque ninguna autoridad la hace valer, sea por omisión o corrupción, el caso es que al no cumplirse con la ley, además provoca también una violencia inusitada que ha terminado hasta con asesinatos dentro o frente a esos lugares del vicio.
Por otro lado, las pandillas del crimen organizado siguen aumentando en Tapachula y municipios aledaños, ciudadanos de estos lugares viven en psicosis y abrazados por el miedo de ser víctimas de la inoperancia de las diversas corporaciones policiacas, las cuales, a pesar de ya haber recibido varios jalones de oreja de parte del mismo Gobernador, parecen no inmutarse y continúan en su opacidad y hasta cierto punto omisión, para brindar la seguridad a sus conciudadanos.
Han aparecido ahora las bandas de Maras Salvatruchas que al parecer aumentaron con la entrada de las caravanas de migrantes indocumentados, y hay ciudadanos que temerosos de ser víctimas de los métodos delictivos de estos personajes, se han quejado ya ante las autoridades para pedir más vigilancia y efectividad en ella; vecinos del callejón Belisario Domínguez, denunciaron que ayer sus bardas y casas aparecieron con marcas diabólicas que utilizan algunas bandas para señalar sus próximas víctimas, así lo hicieron saber habitantes de ese callejón sobre el número 31.

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