Todo se fue a la Basura
Ernesto L. Quinteros
Bien dicen que lo que mal comienza mal acaba. En la ciudad de Tapachula algo está pasando en la caja de cristal, en donde el todavía presidente municipal morenista, Oscar Gurría Penagos no le salen las cuentas.
A un año y días de haber tomado el cargo, está saliendo a flote el cochinero financiero y administrativo de este Ayuntamiento.
Durante este tiempo se han filtrado contratos, se ha desnudado en las benditas redes sociales que el Gobierno Municipal está plagado de corrupción, nepotismo y abuso de autoridad. Algo que en teoría debería de formar parte del pasado, pues la gente salió a votar de manera masiva por MORENA en el pasado proceso electoral, porque precisamente ya estaba “harta” de los abusos, y de todos los males que le comento.
Desgraciadamente, a los tapachultecos les está saliendo peor el remedio que la enfermedad. Pues todos los días nos enteramos que Gurría y sus allegados no han estado a la altura de las expectativas ciudadanas, y peor aún, que ha hecho mal uso de la confianza que le brindaron en las urnas.
Hoy, lejos de ser un Presidente que dé resultados tangibles para la población, sólo asume un papel triunfalista, en donde lo único que demuestra es su falta de oficio político y su inexperiencia al frente de la administración pública municipal. Además de su ignorancia, porque el mismo sabe que ganó las elecciones gracias a un efecto nacional encabezado por López Obrador.
Lo malo es que toda esta situación también le está pasando la factura al pueblo, ya que desde el pasado fin de semana, por motivos que hasta el momento se desconocen, ya dejaron de llegar los camiones recolectores de basura a los mercados de la ciudad, en donde se están inundando de desechos. Nada más falta que les quieran cobrar el servicio de recolección a los locatarios y comerciantes, al igual que las escuelas.
Y lo más grave es que en las diferentes colonias de la ciudad, no pasan los camiones recolectores. Y en los centros de acopio locales, el Ayuntamiento rentó más camiones, pero “de volteo” para que recojan los desechos.
Algo curioso, pues hace apenas tres meses, a principios del mes de Julio del presente año, para ser más exactos, el Edil anunció el banderazo de salida de nuevos camiones recolectores, lo que calificaron de “histórico y nunca antes visto”, pues adquirieron “30 camiones recolectores de basura”, claro, rentados a un precio millonario a una empresa de Querétaro. Y entonces viene la pregunta ¿para qué rentar entonces camiones de volteo?, o qué, ¿están tan nuevos los compactadores que no los quieren ensuciar?
Y el tema ha dado mucho de qué hablar, pues por todos los medios posibles, los funcionarios municipales, y en particular Gurría ha escondido la información de las “cláusulas y condiciones del contrato” del millonario arrendamiento. Pero al final de cuentas poco a poco se ha ido descubriendo la verdad, gracias a los mismos empleados municipales.
Por eso, gracias a ellos también, se sabe de manera extra oficial que no son 30, si no 40 camiones los que rentaron. Que el combustible lo paga el Ayuntamiento, lo que representa una dura carga financiera. Así como tuvieron que contratar choferes para el mismo número de vehículos, también cargado a las finanzas públicas.
En pocas palabras el gasto ha sido excesivo y desmedido en este rubro. Sobre todo, porque la ciudad sigue sucia y desordenada.
Y los números no mienten, solo de renta de los camiones a la empresa de Querétaro, y el gasto en combustible, están erogando más de cinco millones y medio de Pesos mensuales, aproximadamente, en el Ayuntamiento tapachulteco.
Entonces es cuando vienen las interrogantes ¿Y la transparencia gubernamental? ¿Y el combate a la corrupción? ¿Y la austeridad y la buena aplicación de los recursos del pueblo? Es irónico, pero al parecer todo se está yendo a la basura. O más bien, a los bolsillos de alguien.
Por hoy ahí la dejamos, nos leemos mañana. ¡Ánimo!
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