Blindaje Rosa
Ernesto L. Quinteros
Las comunidades enclavadas en la zona Sierra del municipio de Tapachula, principalmente en Toquián Grande-Pavencul, recibieron con gran algarabía y beneplácito a la candidata a la Presidencia Municipal por MORENA, Rosi Urbina Castañeda.
La referente morenista caminó acompañada de hombres y mujeres indígenas, con quienes pactó diversos compromisos de obras sociales, como parte de su proyecto para dar seguimiento al desarrollo de Tapachula.
Y lo comentamos, porque el pasado miércoles, una vez más hubo un intento fallido de sabotaje a la campaña de la abandera por MORENA.
Las mentes perversas y maquiavélicas, carentes de ideas y propuestas, ya no saben qué hacer e insisten en intentar seguirle pegándole a la puntera en las preferencias electorales, y lejos de debilitarla más la fortalecen.
A los genios se les ocurrió difundir un rumor que la candidata no había sido recibida en la zona indígena, pero los videos e imágenes del cálido y amigable recibimiento a la candidata tiró por los suelos el chisme barato.
Es obvio que siempre en un proceso electoral, a quien más van a intentar desacreditar de diversas formas, es a la que indiscutiblemente va arriba en la competencia.
En Tapachula, los opositores a Rosy están desesperados, han intentado de todo. Desde campañas de odio, difamación, violencia política, de género, y nada les ha funcionado. Por una simple y sencilla razón, los mismos ciudadanos han conformado un inquebrantable “blindaje rosa”, en apoyo a la candidata morenista.
Se acabaron los tiempos en que con un simple rumor se ganaban elecciones y adeptos. Hoy la población está más informada y comunicada.
Rosy Urbina, en contraparte, sigue sin distraerse y no pierde tiempo, continúa avanzando, haciendo una campaña de propuestas y compromisos. Pero sobre todo muy responsable, cuidando la salud de la población, evitando en lo posible eventos masivos, en donde ha sido muy clara con su equipo de trabajo, “el musculo político lo van a demostrar en las urnas el 6 de junio”.
Es pues, una campaña de proselitismo, muy diferente, con más estrategia, más organización, más efectiva, adaptada a los tiempos que vivimos. Y es donde consideró que gracias a eso la morenista ha sacado mucha ventaja, pues sus propuestas son las más apegadas a la realidad, sensibles y cercanas a la gente, con quien ha logrado ese vínculo empático, ciudadano-candidata.
Ser empático como Rosy Urbina engloba poder entender lo que mueve a las personas de las colonias y comunidades. Las personas empáticas, por lo general, tienen relaciones de mayor calidad y cercanía. Tratan a los otros con más gentileza, sabiduría y sobre todo con más paciencia y tolerancia. La candidata de MORENA logró esa química con el pueblo, que hoy le permite haber generado un blindaje hacia su persona.
Así que mientras otros hacen escándalos, apostando a la intimidación y el agandalle, la abanderada morenista, camina con paso seguro, sacando más ventaja a sus opositores.
Lo que sí valdría la pena comentar, es que en Tapachula hay quienes están intentando por todos los medios polarizar el proceso electoral.
Agitando a la población, incitando a la violencia mediante campañas de odio y difamación, que en nada contribuyen a la democracia, y menos a la solución de problemas.
Y es donde dependencias como la Fiscalía del Estado y de la República, deberán de estar atentas para evitar que se trastoque la paz social y el orden.
La verdad, con tanto delincuente en este proceso electoral, uno ya no sabe si pedir el apoyo de la Fiscalía, solicitar la intervención de la Unidad de Inteligencia Financiera, o ya de plano del FBI y la DEA. En fin, como siempre, la mejor opinión es la de usted estimado lector.
El contenido de esta columna es responsabilidad exclusiva DE SU AUTOR y no del periódico que la publica.
Por hoy ahí la dejamos, nos leemos mañana. ¡Ánimo!
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