jueves, abril 25, 2024
spot_img

ALFIL NEGRO

 

“No le dé vuelo a la hilacha; el Covid está agazapado, esperando que usted se descuide. Cuídese y cuide a su familia”.

Semana Santa
Oscar D. Ballinas Lezama

Inició la Semana Santa, ya no es como antaño; cuando nuestros abuelos nos enseñaron que esos días eran de ‘guardar’, portarse bien y no darle ‘vuelo a la hilacha’, so pena de que el castigo de Dios cayera sobre nosotros, así crecimos en medio de una creencia que la iglesia católica impuso a la sociedad.
Los años pasaron, nacieron otras religiones y la gente se fue acomodando conforme su leal saber y entender, dejando muchos sus creencias populares relacionadas con su vida diaria; lo que nos enseñaron nuestros bisabuelos y abuelos pasó a ser un mito para muchos.
Ahora nuestros hijos y nietos si acaso se enteran de esas costumbres, lo hacen solamente como anécdotas o cuentos que consideran increibles; la abstinencia carnal, que desde luego nadie cree que todos respetaban, era uno de aquellos dogmas (manera de pensar) que atemorizaba a nuestros bisabuelos, abuelos y padres, aunque estos últimos ya estaban en proceso de cambio y empezaron a ver las ‘luz al final del túnel’.
Nuestros antepasados consideraban que, si en estos días de la Semana Mayor tenían relaciones sexuales podían recibir como castigo divino quedarse ‘pegados’ para siempre, de ahí que para evitar la tentación se recomendaba rezar; en aquellos tiempos, casi nadie se casaba en los días santos, por el temor de no disfrutar la luna de miel.
Lo que sí estaba bastante crítico para la sociedad de aquellos tiempos, era el mandamiento que los hacía considerar que ‘bañarse en esos días era malo’, nuestros bisabuelos argumentaban que quien lo hiciera podía convertirse en pez, así surgieron muchos cuentos sobre las sirenas.
Otra restricción que imponía la Semana Santa, era no comer carne de animales los miércoles de ceniza ni el viernes santo, una ordenanza cristiana que aún prevalece en estos tiempos, aunque la gran mayoría no se conforma con comer pescado y desobedece el ‘mandato celestial’.
Los que venimos de aquellas épocas hablamos de los años 50 a la fecha, los sobrevivientes de esa generación que llegaron a este siglo XXI, sabemos que en los días de la semana santa estaba prohibido los juegos de azar, bailar, saltar, decir groserías, trabajar, tomar alcohol o limpiar la casa, ya que consideran que era pecado hacerlo cuando la humanidad estaba de luto por la muerte de Jesucristo.
Llegaron a prohibirnos vestirnos de rojo, considerando que el único que se ponía ese ropaje era el diablo, tampoco los padres podían regañar a sus hijos, deberían tratarlos con amor y comprensión, enojarse era ser ganado por el demonio; no había permiso para salir a la calle a las tres de la tarde el viernes santo, cuando se consideraba que el hijo de Dios estaba muriendo, hacerlo era exponerse a la furia de los ángeles y arcángeles que están en el cielo.
Los niños no podían subirse a los árboles porque podían convertirse en changos; tampoco podían hablar mucho, porque al sacar la lengua corrían el riesgo de transformarse en serpientes. Entre aquellas costumbres de nuestros antepasados, la que más gustaba era que se prohibía trabajar en los días santos, lo consideraban un pecado, costumbre que sigue imponiéndose y siendo del agrado de todo mundo.
La Semana Santa iniciaba este día miércoles de ceniza, todo tipo de escándalo estaba prohibido, había un control ejercido por la policía municipal; la gente abarrotaba las iglesias para rezar y orar, buscando el arrepentimiento de sus pecados.
En la actualidad, lo que menos sabe la sociedad es el motivo de la celebración de la semana santa, incluso, desconocen que su origen no es cristiano, porque, según los conocedores de la Biblia, en este sagrado libro no hay antecedentes sobre la ‘celebración’ de la semana santa, considerando que fue otro de los inventos de la iglesia católica del siglo IV, cuyo objetivo era honrar costumbres paganas de dioses antiguos.
El caso es que ahora la Semana Santa se ha convertido en una gran pachanga, en donde la mayoría de la gente participa saliendo de vacaciones para divertirse, algunos sanamente, otros tomando bebidas embriagantes como cosacos, organizando fiestas y otras actividades que nada tienen que ver con el guardar luto por la muerte del hijo de Dios.
La pandemia del Coronavirus, que obligó hace unos meses a que las iglesias y templos cerraran sus puertas, ofreciendo misas o cultos a través del internet, ahora todo eso ha quedado atrás, el Gobierno Federal dio luz verde hace una semanas, anunciando que la crisis sanitaria ya ha terminado, que el país entero está en semáforo de salud color verde y que la pandemia nos hace lo que el viento a Juárez.
Los expertos en salud advierten que el Covid no se ha ido ni se irá y que sigue siendo un peligro latente para todos, que pese a las vacunas no es inmune a enfermarse, de ahí que en países como Estados Unidos y otros de Europa ya van por la cuarta o quinta dosis de vacunas anticovid y siguen infectándose y muriendo por esta peste del siglo XXI.
Así es que la Organización Mundial de la Salud advierte que la semana santa podría generar la quinta ola de infestados por coronavirus, de ahí que, el gobierno de Chiapas a través del ejecutivo estatal, Rutilio Escandón Cadenas, no deja de advertir a la población para que se sigan cuidando: ’no bajemos la guardia’, insiste día a día el Gobernador, sobre aviso no hay engaño, así es que la gente tiene bajo su responsabilidad el cuidarse, no hacerlo es jugar a la ruleta rusa.
El contenido de esta columna es responsabilidad exclusiva DE SU AUTOR y no del periódico que la publica.

 

RELATED ARTICLES
spot_img

EL ORBE AL MOMENTO:

- Advertisment -

MAS Popular

- Advertisment -