El riesgo de morir o desaparecer siendo joven en México escaló en los últimos años. Las tasas de homicidios y desaparición de este sector e dispararon entre 2006 y 2022. Por cada 100 mil personas asesinadas o desaparecidas, la tasa de jóvenes siempre es superior a la tasa nacional que incluye a todas las edades.
De acuerdo con un análisis hecho por el equipo de Investigación y Datos de EL UNIVERSAL, en 2006 había 10 asesinatos por cada 100 mil personas de 12 a 29 años en todo el país. Para 2022, la tasa creció a 28 por cada 100 mil. En el caso de las desapariciones, el aumento es aún mayor: en 2006 se encontraba en un registro por cada 100 mil jóvenes, y en 2022 se situó en 29.
La mayor parte de los registros de desapariciones de jóvenes corresponde a mujeres. En 2013, la tasa de desapariciones de mujeres de 12 a 29 años superó significativamente a la de los hombres de esta misma edad, al llegar a 32 por cada 100 mil mujeres jóvenes, y 22 por cada 100 mil hombres jóvenes.
En números absolutos, más de 400 mil personas de todas las edades fueron asesinadas de 2006 a 2022 en México, y se registró la desaparición de más de 200 mil.
Cuatro de cada 10 personas asesinadas o desaparecidas tenían de 12 a 29 años. Es decir, todos los días asesinaron, en promedio, a 26 jóvenes y 20 desaparecieron.
Los datos presentados a lo largo de este trabajo surgen de un análisis de las bases de datos de homicidios del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), proyecciones de la población de México y de las entidades federativas del Consejo Nacional de Población (Conapo), así como una descarga del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y no Localizadas (RNPDNO), realizada por MORLAN, una consultora de análisis de datos.
En el registro, el gobierno mexicano asegura que 65% de las personas reportadas originalmente como desaparecidas, eventualmente fueron halladas con o sin vida.
Sin embargo, en este trabajo periodístico se contabiliza a toda persona que haya entrado al registro sin excluir a las localizadas, debido a publicaciones periodísticas que documentan inconsistencias en el registro gubernamental de personas encontradas, así como testimonios de familiares de víctimas.
La descarga de los datos se realizó en diciembre de 2023.
«Había hasta un niño de 14 años».
El cuerpo de Francisco Mosqueda Rosas, de 27 años, fue encontrado por su madre Juana Rosas en una fosa clandestina junto con otros casi 90 cadáveres de jóvenes en Salvatierra, Guanajuato, en noviembre de 2020. Es la inhumación ilegal más grande reconocida oficialmente en la historia del Estado, donde se han registrado algunas de las más altas tasas de homicidios y desapariciones en la última década.
Un día, la alegría se apagó. Paco desarrolló una depresión severa tras su divorcio y una dependencia a las drogas. Con los medios a su alcance, sus padres intentaron que se recuperara, por lo que hicieron que ingresara a un anexo, como se le conoce a los lugares donde se interna a personas con adicciones, no siempre en buenas condiciones.
Preocupado, el 29 de febrero de 2020, Paco le pidió a su padre que le prestara 5 mil pesos. «Es que debo una lana y, si no [pago], pues tú sabes», dijo el joven. Tras una discusión con su padre, quien le pidió volver a anexarse, Paco salió de su casa y no volvió, por lo que levantó una denuncia de desaparición. «Ahí es donde empieza mi agonía», dice la señora, que trabaja de enfermera.
Juana decidió buscar ella misma a su hijo. Contactó a Angélica Almanza, del colectivo de mujeres buscadoras “Ángeles de pie por ti”.
Personas de la comunidad les refirieron que escuchaban gritos y lamentos en un predio cerca del histórico Puente de Batanes. Recuerda los olores, los escalofríos y la tristeza que sentía el día del hallazgo de la fosa, búsqueda para la cual compraron herramientas con su propio dinero. «Había hasta un niño de 14 años», rememora mientras describe artefactos de tortura que fueron encontrados en el predio.
En tiempos recientes, Salvatierra fue noticia internacional por la masacre de 12 jóvenes que celebraban una posada en una hacienda del siglo XVII. «Era de esperarse que esto sucediera», reflexiona Almanza, pues es el resultado de años de violencia contra la juventud. Tanto Juana como Angélica tenían sobrinos que fueron asesinados en la hacienda ese diciembre de 2023.Sun
Hoy es más Peligroso ser Joven en México que Hace Dos Décadas
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