El término nómada digital fue utilizado por primera vez en 1997 en el libro Digital Nomad, de David Manners y TsugioMakimoto. Los autores imaginaron un nuevo modo de vida en el que los avances tecnológicos permiten a profesionistas trabajar en cualquier lugar y momento sin limitarse por su ubicación geográfica.
Los nómadas digitales se convirtieron en una realidad 23 años después. La pandemia de Covid-19 representó un boom de este estilo de vida con la implementación del trabajo a distancia como norma. Extranjeros de países desarrollados, principalmente estadounidenses, se instalaron a largo plazo en México.
El arribo de estos trabajadores, que reciben un sueldo en Dólares o Euros, ha ocasionado cambios significativos en los barrios donde se instalan, principalmente en los precios de alquiler de la vivienda, servicios y negocios.
«Hay extranjeros que quieren vivir [como si estuvieran] en San Diego y pagar en pesos», advierte en entrevista Stephen, ciudadano estadounidense que reside desde hace dos años en la Ciudad de México.
De acuerdo con datos de la Unidad de Política Migratoria del gobierno mexicano, desde 2020 se ha registrado un aumento en el número de nómadas digitales en el país. Al inicio de la pandemia de Covid-19 se emitieron 5 mil 393 Tarjetas de Residencia Temporal para personas estadounidenses, mientras que en 2024 se registraron 8 mil 895.
Falta regulación en México.
Las zonas con áreas verdes, espacios comerciales cómodos, infraestructura de servicios y buena localización son los espacios más atractivos para nómadas digitales, explica Luis Alberto Salinas Arreortua, investigador del Instituto de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y especialista en procesos de gentrificación.
El estilo de vida en estos espacios puede cambiar radicalmente. «Por ejemplo, los comercios familiares, como los establecimientos de venta de productos básicos, han cerrado sus puertas porque ya no pueden mantenerse en estos sitios. Los negocios se transforman. Tiendas de abarrotes han pasado a ser cafeterías o negocios de comida gourmet», expone el académico.
Los precios del alquiler en colonias como la Roma o Condesa, en la capital del país, aumentaron entre 4% y 4.5% de 2023 a 2024. «Las personas que habitaban estas colonias se desplazan porque algunas veces ya no cuentan con los recursos económicos necesarios para mantenerse ahí», puntualiza Salinas.
En 2022, la Ciudad de México firmó un convenio con la plataforma de hospedaje Airbnb y la UNESCO para promover a la capital como un destino para nómadas digitales. Le entonces jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, dijo que esta medida generaría «importantes recursos económicos». Dos años después, ante las críticas por el aumento de las rentas y el costo de vida, el congreso capitalino aprobó una serie de reformas para regular las plataformas digitales que utilizan nómadas digitales.
Sin embargo, Luis Alberto Salinas Arreortua advierte que hace falta una regulación integral que atienda todos los factores y personas involucradas en este fenómeno migratorio, tanto mexicanas como extranjeras. El investigador ve con preocupación las manifestaciones en contra del arribo de extranjeros al país. «Hay que tener mucha precaución porque somos un país racista y xenófobo y esto todavía lo está impulsando mucho más», puntualiza.Sun
Gentrificación, el Saldo del Boom de Nómadas Digitales
RELATED ARTICLES