Tapachula, Chiapas; 21 de Septiembre.- La disminución de los recursos pesqueros y marinos por la sobreexplotación en la Costa de Chiapas, ha originado una crisis económica para las familias dedicadas a esta actividad y un grave daño a los ecosistemas, señaló Vicente Castro Castro del Centro de Investigaciones con Visión para Mesoamérica de la UNACH.
Por lo que es fundamental que los gobiernos desarrollen una estrategia que permita la regulación en el aprovechamiento de los recursos y ofrecer a las comunidades alternativas de desarrollo.
El investigador indicó que, aun cuando existen leyes de regulación en los recursos marinos, no hay una capacidad institucional para dar seguimiento ni vigilancia sobre el control de los permisos que se expiden para la pesca, y por lo tanto, las poblaciones marinas se han visto afectadas severamente.
Al no contar con una regulación, la sobreexplotación de estos recursos origina que las tallas de la fauna marina comercial disminuyen y no les permiten reproducirse.
Dijo que, se ha demostrado que mediante la investigación se puedan encontrar soluciones a esta problemática, sin embargo, el Gobierno no quiere invertir en ese rubro, y al no contar con recursos económicos no se puede concretar un proyecto a mediano o largo plazo con planeación.
Una de las soluciones inmediatas a la sobreexplotación del camarón, el tiburón o la langosta, es el cultivo del pepino de mar, que es un proyecto de acuacultura en reproducción de manera controlada para fines comerciales, el cual serviría para encaminar el desarrollo económico de las zonas pesqueras de Chiapas y se podría impulsar en Tapachula y Mazatán.
Se dice que en el mercado asiático, el pepino de mar llega a valer hasta mil dólares el kilo, es por eso que recientemente creció el interés entre los pescadores para poder explotar esta especie marina, y para ello pidieron al Senado de la República el apoyo para poder validar su producción en la costa de Chiapas. EL ORBE/ Marvin Bautista.