*Provoca Aumento de la Temperatura.
Tapachula, Chiapas; 20 de Mayo de 2025.- La deforestación urbana en diferentes localidades se ha convertido en una crisis ambiental que afecta directamente la calidad de vida de sus habitantes. El avance descontrolado del desarrollo urbano, sumado a la falta de políticas públicas efectivas para preservar los espacios verdes, está reduciendo drásticamente los pulmones naturales de la Ciudad.
Los árboles urbanos no son adorno, son estructuras vitales que regulan la temperatura, capturan carbono y permiten la recarga del manto freático, advirtió el profesor investigador de la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH), Vicente Castro. En entrevista, lamentó que esta problemática haya sido «ignorada» sistemáticamente por los Planes de Desarrollo Urbano.
Actualmente, el crecimiento de viviendas, comercios y calles asfaltadas sustituye áreas verdes sin considerar su función ecológica. “En lugar de ganar espacios, estamos perdiéndolos bajo concreto y asfalto”, agregó Castro. Esta tendencia ha tenido consecuencias palpables: la temperatura ambiental en zonas sin vegetación puede ser hasta cinco grados más alta y la escasez de agua se agrava por la falta de árboles que alimenten los acuíferos.
Las localidades enfrentan ya una pérdida del 60% en la accesibilidad de agua subterránea, según estimaciones no oficiales. La tala de árboles, además, impacta directamente en la biodiversidad local, desplazando fauna urbana y provocando una pérdida acelerada de hábitats.
La tala de ceibas jóvenes, especie considerada sagrada en la cosmovisión maya. El hecho, presuntamente autorizado por autoridades locales sin registros ni justificación técnica, encendió las alarmas entre ciudadanos y ambientalistas.
Para revertir esta situación, expertos señalan la necesidad de acciones urgentes. Los municipios de la región deben de seguir ejemplos como el de la ciudad de Puebla, donde existe un inventario detallado de árboles urbanos con etiquetas de identificación, lo que permite su protección y seguimiento, sugirió.
Asimismo, se propone que las Direcciones de Ecología cuenten con mayor autonomía y recursos, lo que limita su capacidad operativa.
En conclusión, especialistas y ciudadanos coinciden en que la defensa de los espacios verdes debe convertirse en una prioridad. Solo con una política ambiental seria, voluntad institucional y participación ciudadana será posible garantizar un futuro sustentable y habitable para las ciudades. EL ORBE/Nelson Bautista