Los mexicanos Alfonso Cuarón, Guillermo del Toro y Alejandro G. Iñárritu se “echaron una platicada” muy profunda en un evento titulado «The three amigos: a conversation» («Los tres amigos: una conversación») celebrado en la sala de proyección mayor del Museo de la Academia del Oscar. Organizado por el estudio Netflix, en pleno inicio de la temporada de premios en Hollywood, la reunión fue presidida por un Cuarón desenvuelto que condujo y entrevistó a sus colegas, Del Toro e Iñárritu, quienes reflexionaron sobre sus filmes «Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades» y «Pinocho», ambos estrenadas hace unas semanas en la plataforma.
Los tres coincidieron en algo: la etapa de vida en la que les dio por hacer proyectos intimistas en torno a sus vivencias, algo que enfatizó Del Toro. “Quiero comenzar diciendo que algo que tenemos en común los tres —más allá que compartimos los mismos orígenes geográficos— es que hacemos películas para reflejar nuestras propias vidas y es muy interesante pensar dónde estábamos hace 16 años cuando queríamos hacer la diferencia y abrir nuevos caminos; pero ninguno de nosotros pudimos diseñar o planear a dónde llegaríamos”, dijo el creador tapatío. “Recuerdo esa noche en tu casa, Alfonso, cuando nos sentamos a comer sopa de pollo y les dije que les contaría por primera vez la historia de ‘El laberinto del fauno’. Al final todos terminamos llorando”, recordó Guillermo del Toro. “Al final del día y trascendiendo esta plática, sólo quiero decirles que los amo y admiro mucho. Ustedes me inspiran cada día de mi vida. Han sido mis amigos y mis hermanos”, finalizó. SUN
Los Tres Amigos se Ponen Existenciales
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