El petróleo mexicano cerró la semana en 13.01 dólares el barril, su cotización más baja desde el 19 de noviembre de 2001, con lo que suma su quinta semana de retrocesos, arrastrado una vez más por el desplome de la demanda de combustible a raíz de la crisis del Covid-19 y la perspectiva de un aumento en la producción por la guerra de precios entre Arabia Saudí y Rusia.
El referencial internacional Brent bajó 1.41 dólares, o un 5.35%, a 24.93 dólares el barril, para cerrar la semana con un retroceso cercano al 8%.
Por su parte, el West Texas Intermediate (WTI) en Estados Unidos cedió 1.09 dólares, o un 4.82%, a 21.51 dólares el barril y terminó la semana con una baja de algo más del 3%.
Ambos referenciales han caído casi dos tercios este año y el desplome de la actividad económica y de la demanda de combustible han obligado a dar marcha atrás de manera masiva a las compañías petroleras en sus planes de inversión.
El petróleo continuó por la senda descendente afectado por «un pronóstico alarmante» de la Agencia Internacional de Energía (AIE), que ve «potencialmente derrumbarse» la demanda de oro negro, observó Alastair Munro, de Marex Spectron.
El titular de la AIE, Fatih Birol, advirtió el jueves que habrá «un fuerte declive de la demanda en el primer trimestre de este año, y una caída aún más importante en el segundo trimestre» debido a las medidas de cuarentena impuestas por muchos países para frenar la pandemia de coronavirus.
Birol vaticinó que el descenso podría ser incluso superior al que se registró durante la crisis financiera de 2008-2009, pues 60% de la demanda proviene del sector transporte, particularmente afectado por las restricciones a los viajes y medidas de confinamiento.
Los líderes del G-20 dijeron el jueves que harán «lo que sea necesario» para superar la crisis, al tiempo que se comprometieron a inyectar 5 billones de dólares en la economía global a través de medidas nacionales como parte de sus esfuerzos para disminuir el impacto. SUN