Francisco Rivas
Las estrategias de amenazar, imponer y luego suspender aranceles a productos provenientes de México hacia los Estados Unidos (EEUU) parece estarle dando los resultados que esperaba al presidente Trump.
En dos meses el gobierno mexicano ha detenido una parte de la migración indocumentada, ha recibido miles de repatriados, ha extraditado a narcotraficantes de primer nivel, ha tolerado el sobrevuelo de aviones espías de los EEUU sobre territorio nacional, ha desmantelado laboratorios de fentanilo -esos que hasta diciembre pasado se negaba que existiesen- y se ha incautado más droga y detenido a más delincuentes que en todo el sexenio pasado.
Además, ante el riesgo de ver afectados sus negocios, varias empresas han anunciado que llevarán una parte o la totalidad de su producción hacia los EEUU.
Entre aquellas que buscan trasladar su producción a nuestro vecino del norte; destacan las que pertenecen al sector automovilístico, joya de la corona de nuestro sector industrial y gran motor del crecimiento económico del Bajío y el norte.
Lamentablemente ello será un gran incentivo para que el presidente Trump mantenga su política agresiva de amenazas, imposiciones y suspensiones con la consecuente incertidumbre para México, para quienes invierten en nuestro país y para todos aquellos trabajadores de los sectores más afectados.
Para convencer a Trump de suspender los aranceles ¿el gobierno mexicano seguirá accediendo a toda demanda del gobierno estadounidense? No estoy seguro.
El presidente de los EEUU ha mantenido su discurso sobre la complicidad entre nuestro gobierno, sus representantes e instituciones y la delincuencia organizada.
Una y otra vez Trump ha afirmado que México está dominado enteramente por los cárteles de la droga que «…asesinan, violan, torturan y ejercen un control total del territorio».
Con la inclusión de seis de los principales grupos delictivos nacionales en la lista de organizaciones terroristas, crece la posibilidad de una intervención militar en nuestro país por parte de los EEUU con el supuesto objetivo de frenarles.
¿Permitirá la presidenta Sheinbaum que las fuerzas especiales estadounidenses vengan a detener en México a las cabezas de ciertos cárteles? Parece poco probable, menos aún si entre ellos se encuentran los gobernadores de Sinaloa, Tamaulipas o Guerrero, integrantes de su partido o familiares del expresidente López.
Si por un lado parece claro que Trump y su política han ganado, toda vez que han obtenido beneficios para su país, las consecuencias de esta difícil relación entre nuestro país y los EEUU parecerían negativas para México.
El efecto más evidente es el crecimiento económico pronosticado para este año. En 2025 nuestro país crecerá cuando mucho el 0.6%. Tal estancamiento implica menos ingresos para el gobierno mexicano, menos posibilidad de atender las graves problemáticas nacionales, así como la pérdida de oportunidades para muchos.
Otro efecto negativo es el crecimiento de la violencia a lo largo del país. Si en otros contextos internacionales la detención masiva de capos es una esperanza para la recuperación de la paz y el fortalecimiento del Estado de Derecho, en México los resultados probablemente serán adversos.
Los desmantelamientos de narcolaboratorios, el aseguramiento de drogas y la detención de delincuentes no son suficientes para pronosticar una disminución de la violencia. Por lo contrario, cuando se opera sin que exista un verdadero proceso de investigación y judicialización de los casos, sin que haya una administración de justicia apegada a la ley -y que cada vez será peor, debido a la destrucción del poder judicial a manos de la presidenta y su partido-, sin la rectoría del sistema penitenciario, lo único que se hace es cortarle cabezas a una hidra que seguirá produciendo muchas más cabezas.
Frenar el tráfico de migrantes indocumentados también tendrá consecuencias adversas, no sólo para aquellos que sufrirán en carne propia violaciones a sus derechos, abusos y violencia, sino para toda la sociedad.
Claro que se debe celebrar que Sheinbaum haya logrado la suspensión de aranceles de Trump, lo malo es que la manera en la que ello se logra es mediante un total sometimiento a su voluntad. Sun