“Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces”. (Mateo 7:15)
Habemus Presidente: Gringos
Oscar D. Ballinas Lezama
Joe Biden ganó las elecciones en los Estados Unidos de Norteamérica, convirtiéndose en el 46 Presidente de ese país, en medio de los berrinches de niño malcriado del aún dirigente de esa poderosa nación, el controvertido Donald Trump, que ahora tendrá que irse con todas sus pulgas a otro lado.
Como era de esperarse, el ‘príncipe pelos de elote’ ha puesto el grito en el cielo, jurando y perjurando que ‘le robaron’ la elección en el conteo voto por voto, sin embargo, la mayoría de la gente en ese país están hartos de los desplantes, la soberbia y las groserías de un hombre que decía ser el ‘súper mán gringo’ y le dieron hasta por debajo de la lengua, ya que su adversario político logró 290 votos (de los 270 que se necesitan para ser Presidente en esa nación, y aún faltaban otros por contabilizar), mientras que el Presidente republicano se quedó en los 214.
Los congresistas coincidieron en reconocer la victoria decisiva de Joe Biden, manifestando que el Colegio Electoral y el voto popular representan en ese país un mandato poderoso para la unidad y la honestidad estadounidense; “hoy, la abrumadora mayoría de estadounidenses votó por un cambio positivo y empatía sobre la política del odio y la división”, mencionó el congresista Chuy García.
“A cada cerdo le llega su San Martín”, dirían los miles de latinos y negros que sufrieron el odio y mano dura de un gobernante racista que siempre los vio como enemigos de los blancos de sangre azul; la construcción del muro de la ignominia que se construye en la frontera de Estados Unidos con México, así como el desprecio a la vida de los demás al no tomar en serio la defensa contra el poderoso enemigo invisible del Coronavirus, fueron parte fundamental en su humillante derrota política.
La soberbia, el populismo, las mentiras y la incapacidad para gobernar, frenaron a Trump en su ambición de reelegirse en el cargo, lo que debería servir para que otros mandatarios del mundo pongan sus barbas remojar; el mandatario estadounidense llegó a considerarse un reyezuelo, creía tener el mundo bajo sus pies.
El derrotado presidente gringo no solo ofendió y se burló de su ‘pueblo, sino que lo hizo también con Dios; jugó con la fe de millones de creyentes que solo vieron su piel de cordero, tarde se dieron cuenta que era otro lobo rapaz de los que pululan en la politiquería con la ambición del poder y el dinero.
Comentando otras noticias, Dios sigue tratando de hablarnos a los hombres y mujeres de este planeta, la madre naturaleza es una dura mensajera que nos sigue advirtiendo del mal comportamiento humano: las tormentas, los sismos cada vez más fuertes y constantes que zangolotean el planeta, las diversas pestes que está sufriendo la humanidad (Cáncer, Sida, Diabetes, Zika, Dengue, Lepra y Coronavirus, entre otras) son señales claras que algo no anda bien en este mundo.
El calentamiento global que está provocando una crisis ambiental por el constante cambio de temperaturas; los malos gobernantes que no saben cómo combatir la delincuencia organizada y los que lo saben, no lo hacen porque se presume una complicidad con las mafias; el desamor por el prójimo aumenta, las sociedades parecen haberse perdido en un laberinto de equivocaciones en su actuar como buenos ciudadanos.
Hay hambre por doquier, enfermedades, violencia, drogadicción, corrupción y desesperanza; es el año de las calamidades y los muertos. ”Y habrá pestes y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores; no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin”.(Mateo 24:6)
Hay que cuidarse de la pandemia del Coronavirus, como dice el gobernador chiapaneco, Rutilio Escandón Cadenas, no bajemos la guardia ante el Covid-19; usemos cubrebocas, guardemos sana distancia y lavémonos las manos constantemente. Esto, puede significar la diferencia entre la vida y la muerte.
