viernes, abril 19, 2024
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ALFIL NEGRO

“En la cuesta de enero subirán el precio de las gasolinas y medicinas; ahorcando la precaria economía de los mexicanos”

Regalo de Reyes
Oscar D. Ballinas Lezama

“Ahora que iniciaremos el año nuevo, hagámonos el propósito de ser personas que cumplamos con los mandamientos de Dios, seamos personas humildes que busquemos agradar siempre al Señor, cumpliendo con las leyes que nos lleven a la vivencia plena de su amor”, dijo en un mensaje fraternal para el pueblo, el obispo de Tapachula, Jaime Calderón Calderón.
Después de su homilía dominical de ayer, el prelado subrayó: “hoy en día la familia juega un papel clave en el cuidado de la salud, para muchos este fin de año es distinto porque perdieron a sus seres queridos; nos unimos a su dolor y tristeza, pero al mismo tiempo los invitamos a no perder la esperanza de un mundo mejor y confiar en la verdad de Jesucristo, que nos ofrece un reino en donde no habrá tristeza, dolor y lágrimas”.
Mencionó que como familias tenemos que seguir cuidándonos para evitar la propagación del Coronavirus; agradeciendo a quienes han sido responsables y han asumido la invitación de no reunirse ni aglomerarse.
El Obispo de la Diócesis tapachulteca, argumentó que se debe hacer un reconocimiento importante en este fin de año a todo el personal médico, enfermería, laboratoristas, camilleros, choferes, administrativos e intendencia, ya que estos han mostrado el rostro más humano y cristiano de la persona, “debemos estar agradecidos con ellos, porque arriesgan su salud en favor de los demás”, manifestó.
Jaime Calderón envió también un agradecimiento póstumo para todos aquellos que han dado su vida luchando contra la pandemia; luego pidió una disculpa a nombre de todos aquellos que no creyeron o fueron irresponsables en los protocolos de higiene y sanitización, convirtiéndose en propagadores del mortal virus, y con ello han coadyuvado para saturar los hospitales y clínicas del país, muchas de las que ahora se encuentran llenas de contagiados de Covid-19.
Reportero. -Señor Obispo, este año del 2020 fue catastrófico, diríamos apocalíptico, desde su óptica cristiana, ¿cree usted que serán estos los últimos días de los que habla la Biblia en el libro de Mateo?
Obispo de Tapachula. –Ha sido un año muy complejo y retador en la comprensión de la fe, me atrevo a decir que nadie más que Dios, sabe cuándo será el final de los tiempos, sin embargo, siempre tenemos que estar atentos a los acontecimientos de la naturales y sociales en los que podemos leer el paso del Señor.
Usted me pregunta que cómo percibo, desde mi fe cristiana, estos últimos acontecimientos del 2020, yo le digo: siempre en la historia de la iglesia, sobre todo contemporánea, nos planteamos el análisis de la realidad sobre cuáles son las señales de la presencia de Dios, y la iglesia abren un abanico en cuatro grandes dimensiones.
Dios se manifiesta y se revela en su palabra, siendo ahí donde viene a iluminarnos con los acontecimientos para que, ante nosotros, los creyentes en la eucaristía, el peregrino de Emaús nos ayude a interpretar la historia que podemos ver con gran esperanza, aún en medio de las dificultades, el dolor y el sufrimiento, apuntó el varón de Dios.
Sabemos que nuestro Padre celestial se manifiesta en los acontecimientos de la vida, en esa misma línea que interpreta el Santo Padre, ha sido un año muy complicado; no podemos decir que esto nos viene como un castigo de Dios, indudablemente que no es así, es más responsabilidad nuestra porque no hemos sabido colocarnos como lo que Dios planteó en el libro de Génesis, lugartenientes responsables de unos y otros de esta creación. Debemos reflexionar que el rumbo que llevamos nos está destruyendo, es lo que pienso en esta sintonía.
Los invito a reflexionar, cuando la humanidad quiere fincar un mundo sin Dios, lo único que está construyendo es su propia desgracia y causando la destrucción de la hermandad que es responsabilidad nuestra, el mundo que tenemos y estamos transformando; se avecinan los cambios climáticos, más pobreza y miseria, lo que debemos considerar como una forma elocuente en la que Dios se está manifestando, tenemos que poner atención y alabar al Señor, apuntó el Obispo.
Concluyó diciendo, que Dios habla y se expresa en las personas de manera esencial, que cuando miramos y escuchamos a los más frágiles y desvalidos podemos encontrar en ellos una respuesta del Señor, que nos está confrontando en estos tiempos difíciles.
En otras cosas, ¿ya se enteró amable lector?, el Gobierno Federal nos dará en el 2021 un gran regalo del ‘Día de reyes’ en la cuesta de Enero y Febrero, pues podría venir el lloro y crujir de dientes con un nuevo aumento a los medicamentos y las gasolinas, consecuentemente a todos los productos y servicios, porque los hidrocarburos son el motor que mueve la economía mexicana.

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