Cuando la perra es brava, hasta los de casa muerde. (Refrán popular)
Fuego Amigo
Oscar D. Ballinas Lezama
Temerarias y graves las acusaciones públicas que ha venido haciendo el diputado morenista Porfirio Muñoz Ledo en contra de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien se defiende tachando al legislador de senil y vulgar.
En esta tercera pista del circo político en el país azteca, los morenistas, incluyendo al Presidente de la República, no solamente descalifican y buscan pleito con los de la oposición (priistas y panistas que no se cambiaron al bando guinda) y contra quienes se les pongan enfrente, sino que ahora entre ellos se están dando hasta con la cubeta.
Para nadie es secreto que fue Porfirio Muñoz Ledo, quien le impusiera la banda presidencial al actual ejecutivo federal Andrés Manuel López Obrador, argumentando que era un ‘iluminado, un auténtico hijo laico de Dios y servidor de la patria”, admiración que después de un año de Gobierno del hijo pródigo de Macuspana, la cambió radicalmente al abrir “fuego amigo” afirmando no estar de acuerdo con la forma de gobernar del dueño de la silla del águila.
Ambos políticos entraron en una etapa de insultos y descalificaciones mútuas, acusándose de ser viejos, vulgares, ridículos o con padecimientos de envejecimiento cerebral; sin embargo, en medio de esta batalla mediática hay acusaciones muy graves que no deben quedar bailando en el olvido; en cualquier otro país con un poco de cultura y verdadera democracia, serían investigadas a fondo por el Congreso de la Unión.
Porfirió Muñoz Ledo ha expresados acusaciones graves en contra del Presidente de la República, ante los medios de comunicación y reuniones públicas de las cuales existen grabaciones de videos y audios, entre ellas, lo siguiente:
“El presidente piensa que puede heredar al siguiente gobierno su asociación con los delincuentes y que eso le otorga mayor poder, porque además de tener la autoridad y los recursos del gobierno federal, se suman a los del narcotráfico; no hay nada que se le pueda oponer, a esto le llamamos en México el maximato”, afirmó Muñoz Ledo.
“Quiero repetir públicamente que Andrés Manuel López Obrador, debe entender que su contubernio o alianza con el narco no es heredable, porque éstos lo han hecho siempre en todas partes y en todas las plazas políticas, se entienden con el que va llegar”.
“México debe reflexionar en una nueva constitucionalidad, en un nuevo pacto social y pacto de poder, no veo salida a los problemas; en el 2024 podría haber un enfrentamiento muy serio por esa transferencia de lealtades y por un nuevo juzgamiento de la sociedad”, concluyó diciendo Porfirio Muñoz Ledo, en una reciente reunión histórica por las fuertes y graves acusaciones en contra de un Presidente de la República en activo.
Más allá de estos dimes y diretes en las cúpulas gubernamentales de la nación azteca, está el hecho de que no se puede ocultar porque se refleja a lo largo y ancho del país la presencia del crimen organizado generando una violencia que está dejando muchos muertos.
En Chiapas el horno tampoco está para bollos, su posición geográfica en la frontera sur tan porosa y poca vigilada, lo hace más vulnerable ante las diversas pandillas del crimen organizado, que llevan algunos años incrementando sus acciones delictivas y provocando el miedo en la sociedad.
Para nadie es secreto que los grupos maras se han logrado infiltrar, según la denuncia de algunos transportistas del servicio público, quienes juran y perjuran tener más de un año que vienen siendo extorsionados por el crimen organizado, sin que sus demandas ante la Fiscalía General hayan logrado obtener la respuesta adecuada.
Algunos denunciantes afirman haberse quedado sin trabajo, debido a lo difícil de pagar la cuota de ingreso de mil Pesos y de 200 Pesos semanales a los delincuentes que están vendiendo el llamado ‘derecho de piso’; al parecer son organizados desde las cárceles públicas en donde no existe ninguna especie de control en su interior.
“Estamos entre la espada y la pared, pareciera que nuestras autoridades son las únicas que no ven ni quieren escuchar sobre este problema, tenemos miedo por nuestras familias; estamos hartos que las autoridades correspondientes no ponga un hasta aquí a este caos social, ignoramos si es por falta de capacidad o por otras cuestiones de corrupción”, terminaron diciendo los extrabajadores del transporte público, quienes pidieron dejar sus nombres en el anonimato, por temor a represalias.
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