* LOS MIGRANTES ILEGALES HACEN LO QUE LES DA SU GANA. QUEDA EN RIDÍCULO LA GN.
Tapachula, Chiapas; 01 de abril del 2022.- La convocatoria que hicieron algunos abogados para encabezar una nueva caravana de indocumentados desde Tapachula hacia la Ciudad de México, fue un fracaso. Y es que de los miles que aseguraban iban a marchar hacia la capital del país para exigir atención a sus reclamos, solo partieron unos 400.
Por lo contrario, la Guardia Nacional (GN) impuso esta vez una estrategia más amplia y movilizó a sus granaderos en varios puntos de la Costa de Chiapas, con equipo antimotines, pero sin armas de fuego.
Tal y como lo habían anunciado, los migrantes se enfilaron desde las primeras horas de este viernes hacia la Costa de Chiapas, con la justificación de que esperaron por muchos meses en la localidad que fueran atendidos por el gobierno federal, pero fue más grande la soberbia de los agentes y directivos que impidió el poderlos atender.
Con cánticos de sus himnos nacionales, los extranjeros partieron con la ilusión de que no serían detenidos porque llevaban en sus manos una hoja blanca en la que plasmaron una solicitud de juicio de amparo que apenas presentaron horas atrás ante los juzgados federales, y que se prevé que éste mismo mes (abril) pudiera haber una resolución de parte de los jueces.
No se imaginaban que en el ejido Viva México, en la salida poniente de este municipio, se había instalado el primer filtro de uniformados, conformado por hombres y mujeres de la GN, quienes llevaban la instrucción de impedir el paso de la caravana y persuadirlos a retornar a Tapachula
Al llegar ahí, ambos grupos expusieron sus intenciones Unos en no dejarlos seguir su camino y los otros el pasar a como diera lugar, teniendo como estandarte un cruz de madera y poniendo al frente a mujeres y niños. Y pasó lo que tenía que pasar.
Los integrantes de la caravana se enfrentaron a patadas y puñetazos contra el personal federal que trataba de cubrirse con los escudos el agresivo embate de los marchistas, la mayoría de origen centroamericano, quienes festejaron el haber roto ese primer cordón de seguridad que se vio superado por cantidad y golpes.
El gusto le duró unos cuántos kilómetros. El gobierno federal ordenó el «Plan B» al instalar un segundo muro de elementos, esta vez de mayor número y con las instrucciones de repeler la agresión y el avance.
Envalentonados, los indocumentados trataron de aplicar la misma estrategia de abrir camino a trancazos, pero encontraron no solo oposición sino que también empezaron a ser detenidos y subidos a unidades, aún cuando todavía no hay una cifra oficial, se estima que la mitad de la caravana, es decir unos 200, fueron asegurados.
Lo ocurrido ahí fue público, incluso para los integrantes de varios organismos de derechos humanos, quienes se percataron que los indocumentados trataron rescatar a sus compañeros a pedradas y con palos, pero ni así lo lograron.
Derivado de ese zafarrancho, porque no se le puede llamar de otra manera, los 200 restantes emprendieron la huida y se refugiaron en el parque del ejido Álvaro Obregón, a unos 500 metros de donde fue el enfrentamiento, donde quedaron encapsulados, porque la GN se instaló cerca de ahí para que, en cualquier momento, realicen otra redada.
El migrante de El Salvador, Carlos Riquelme, dijo al rotativo EL ORBE que están hartos de ir a la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) y las oficinas federales para exigir ser atendidos. En su caso, según su versión, lleva tres años en la ciudad y año medio en los trámites.
Reconoció que caminó en una caravana pasada, pero fue detenido y regresado a la ciudad. «Si quiera me hubiesen deportado a nuestro país, pero me dejaron otra vez en Tapachula y por eso este será el último intento para llegar allá arriba».
El extranjero indicó que su intención, como la de muchos de sus compañeros, s la de quedarse a vivir en alguna región de México, en la que pueda encontrar trabajo y pueda gozar de algunos programas de gobierno.
La primera caravana de migrante, salió el mes de enero pasado con unas 500 personas y logró avanzar unos 20 kilómetros hacia la comunidad de Álvaro Obregón, donde fue desintegrada por la Guardia Nacional, frustrando su sueño de avanzar a los Estados Unidos, tal y como ocurrió también este viernes. EL ORBE / M. Blanco