Voces Discordantes, T4 en Tapachula
Ernesto L. Quinteros
El próximo 1º de Octubre del presente año, los funcionarios municipales encabezados por el aún alcalde de Tapachula, Oscar Gurría Penagos, cumplirán el primer año de estar en el cargo, y con ello viene la evaluación y la revaloración del beneficio que trajo el llamado “cambio verdadero” para este municipio, ya que por vez primera vez gobierna Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA).
Sin el ánimo de ser pesimista, o contrario a las acciones de la actual administración, vale la pena hacer ese análisis, y preguntarse, ¿ha cumplido lo que prometió Gurría y compañía?
Si bien es cierto, es del dominio público que ganó la jornada electoral gracias a un efecto nacional provocado por López Obrador, también es cierto que ya el pueblo se pregunta ¿y eso en qué nos ha beneficiado?
Es ahí donde viene el recuento de los daños de la mal llamada cuarta transformación.
Y que hoy las voces discordantes al Gobierno local denominan despectivamente “transformación de cuarta (T4)”.
Analizando los boletines oficiales del equipo de campaña del entonces candidato Gurría, ofrecían en aquel entonces -como parte de su oferta política para convencer el electorado- mejores condiciones de seguridad pública para la población.
Incrementar el turismo, detonar el desarrollo económico del municipio, invertir en el campo, más obras públicas en las colonias de la geografía local, incentivar la educación, la salud, una ciudad limpia mejorando el servicio de recolección de basura, sólo por mencionar algunos de los tantos temas que expresaban de manera muy convincente, porque, según, tenían las fórmulas para resolver la problemática.
Pero sin duda, lo que más llamaba la atención del electorado era el combate a la corrupción y que se gobernaría con transparencia. Ya que combatiendo estos dos flagelos en la administración pública municipal se resolvían muchos de los problemas existentes.
Y como verá, estimado lector, no nos ha ido muy bien con estos dos últimos temas, pues desde que inició su gestión como alcalde, Oscar Gurría prácticamente escondió la información de los procesos de Entrega-Recepción, y hoy en día no se sabe en qué condiciones recibió la administración municipal de manos del nefasto exalcalde priista Neftalí Del Toro Guzmán.
Además de que las denuncias de nepotismo y abuso de autoridad siguen a la orden del día, ya que también se sigue con las mismas prácticas del pasado en la administración morenista, en donde presuntamente se ha beneficiado con contratos y recursos públicos a familiares, amigos e incondicionales de los funcionarios locales, incluyendo al Edil y su familia.
En concreto, si usted hace un simple sondeo ciudadano en el transcurso de su vida cotidiana y la pregunta al taxista, al empleado de mostrador, al que recolecta la basura en triciclo, al albañil y a sus vecinos de ¿cómo perciben los logros obtenidos en el Gobierno Municipal de Tapachula?…la contestación es que “no hay logros”, y la percepción es que hemos pasado “de estar mal, a peor”.
Y lo más lamentable es que, al actual Gobierno local, le queda en teoría dos años más para lograr lo que prometió. Eso en teoría, porque en la práctica de tiempo real le queda un año, porque el tercer año es prácticamente electoral, y todos los funcionarios locales andarán buscando brincar como chapulines, de un cargo a otro, y lo último que les va a importar es cumplir con sus obligaciones pendientes.
Entre las voces discordantes de la T4, está el consejero político del Bloque de Organizaciones Sociales de Izquierda, Eduardo Evaristo Ángeles Arena, quien dio a conocer que a un año de gestión de Gurría, las diferentes problemáticas en el municipio persisten como la inseguridad, la falta de transparencia en el ejercicio de los recursos públicos, aviadores del Ayuntamiento, etcétera. ¿Y el cambio?
Por hoy ahí la dejamos, nos leemos mañana. ¡Ánimo!
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