Burlan al INM en la Frontera
Ernesto L. Quinteros
En pequeños grupos, migrantes de diferentes nacionalidades, principalmente hondureños, siguen cruzando de manera intermitente la frontera entre México y Guatemala, utilizando pasos de extravío, burlando la precaria vigilancia del Instituto Nacional de Migración.
Y el principal campo de concentración de los migrantes sigue siendo la ciudad de Tapachula, en donde desafortunadamente se generan una gran diversidad de problemas. Hay que recordar que en esta región ya existen varados miles de extranjeros, incluso de otros continentes.
En pocas palabras, de nada sirvió el supuesto operativo de vigilancia, en donde se anunció la llegada de elementos de la Guardia Nacional para apoyar al Instituto Nacional de Migración, desde que se supo que venía una caravana procedente de San Pedro Sula, Honduras.
Todo quedó en un operativo de vigilancia mediático, ya que el Centro de Dignificación Humana que encabeza Luis García Villagrán advirtió el pasado miércoles que en los últimos diez días han pasado de Guatemala a Chiapas de manera ilegal alrededor de 15 mil migrantes a través de balsas y en operación hormiga.
Pero lo más grave, es la denuncia que hizo el defensor de los derechos humanos, quien señaló que los grupos de migrantes que están cruzando a México “están pagando” a los agentes del Instituto Nacional de Migración, para que los dejen pasar.
¿Sabrá de esta situación el Comisionado de Migración Francisco Garduño Yáñez?
Todo esto sucede, después de que se informó en días pasados que en Guatemala se había disuelto la caravana de migrantes hondureños, en donde fueron deportados un promedio de dos mil. Sin embargo, a pesar de ello, el éxodo centroamericano continúa en pequeños grupos.
Es delicado, que la corrupción, siga siendo el reflejo y el sello de la operatividad de los elementos de la dependencia federal.
Hay que recordar que la crisis económica y los altos niveles de inseguridad, así como la violencia, siguen siendo los principales factores que obligan a miles de familias centroamericanas a buscar mejores condiciones de vida.
Pero cruzar por territorio mexicano también se torna peligroso, ya que en territorio nacional han muerto y desaparecido miles de ellos en diferentes zonas del país.
De entrada, en esta región de la frontera sur, los elementos de Migración son los primeros en recibir a los migrantes, presuntamente pidiendo fuertes cantidades de dinero a cambio de dejarlos pasar, tal como lo denuncian organismos defensores de los derechos humanos.
Desde que inicio el Gobierno de la cuarta transformación, en diferentes regiones de México se esperaba un cambio, no solo de actitud, también se requería de la destitución funcionarios federales, que lamentablemente siguen con las mismas mañas del pasado.
Urge que en el Instituto Nacional de Migración se haga una investigación responsable, que permita no sólo cesar, también castigar de manera ejemplar a los malos elementos de esta dependencia.
Honestamente, no se necesita darle tantas vueltas al asunto, basta con que la Unidad de Inteligencia Financiera y los órganos de control se apliquen un poquito, y de inicio vean las declaraciones patrimoniales de los funcionarios del INM.
Quién en esta región fronteriza no tiene algún conocido, que antes de entrar a trabajar a esta dependencia no tenía ni carro, y a pocos meses de estar como empleado migratorio ya anda carro de lujo, ha comprado casas y posee un sinfín de bienes, que no se pueden obtener con el modesto sueldo que les pagan.
Posiblemente, tal vez por eso es que las plazas para entrar a trabajar al Instituto Nacional de migración son muy peleadas.
Por hoy ahí la dejamos, nos leemos mañana. ¡Ánimo!
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